viernes, 20 de noviembre de 2009

El buda blanco – Hitonari Tsuji

Transcurre paralela a la historia de Japón durante el siglo XX, desde el imperio invencible a la derrota en la II Guerra Mundial. Su padre tiene una armería y desde muy pequeño le ayuda. Se queda fascinado ante el primer fusil que ve. Sueña con un futuro fuera de la pequeña isla donde se ha criado, para conocer otro mundo. Múltiples reflexiones sobre la muerte y la transmigración de las almas que siguen vivas en otras personas. ¿Dónde vamos cuando morimos?

“Mientras escuchaba los sollozos ahogados de su madre, de sus hermanos y hermanas y de sus parientes, Minorou se enfrentaba por primera vez a la muerte. Ante la brusca desaparición de su hermano más cercano, aquel con quien compartía los juegos cada día, se puso a observar con un sentimiento preñado de temor y de curiosidad este fenómeno que le parecía absurdo: las personas existían y también dejaban de existir.”

Va a Siberia, a combatir y allí es consciente de la brutalidad de una guerra:

“El fusil que tenía en la mano ya no era del mismo tipo que todos aquellos que había reparado hasta entonces, ya no era el símbolo del coraje viril, sino un instrumento mortífero extremadamente austero. No era sino un arma con la que pondría punto final a la vida de otros y salvaría la suya.”

“Me habría gustado ser siempre un niño.”

“Un Buda que simbolizase la promesa de volver a verse en el otro mundo. Una sepultura que los vivos nunca olvidarían mientras existiera la isla. Un lugar en el que sus nietos podrían entrar en contacto con sus antepasados. Un monumento que conmemoraría el vínculo existente entre todos los que habían vivido en la isla de Ono. El futuro, unido al pasado…”

“El cuerpo era un barco encargado de conducir al alma hasta la otra orilla.”

Basada en la vida y la obra de su propio abuelo. De fácil lectura, con momentos interesantes, pero muy distante y frío.


HACE UN AÑO: Elegy / Takeshis´

8 comentarios:

Pepe del Montgó dijo...

La literatura oriental siempre me ha fascinado pero en muchos casos me he encontrado con textos horribles y a lo mejor era debido a la traducción. Los americanos lo adaptan mucho a su idioma, de poca sensibilidad, todo sea dicho, y nosotros traducimos normalmente de los americanos. O sea...

LU dijo...

Pepe, lo de las traducciones es un grave problema, es cierto. En ese caso se hace desde el francés. Al no ir directamente al idioma original se pierde una parte considerable de la historia.

Lo mejor de este libro es ver como va modificándose la visión del protagonista sobre la vida con los acontecimientos que marcan a Japón durante el siglo XX.

No está mal, pero me esperaba mucho más.

Biquiños

Conciencia Personal dijo...

Me fascinas, cada vez encuentro más literatura que recorrer en tu espacio y cada vez me siento más cerca de ti aunque camine distante...

De vuelta, besos muchos...

Monique.

Jack dijo...

¿Tu crees que ese libro puede ser base para un buen guión? La verdad es que me he metido en el mundo del cine y han pasado a un plano secundario otras artes. No me riñas, ya se que está mal, pero el tiempo...

LU dijo...

Monique, ya sabes lo contenta que me puse al ver que estaba de nuevo activo tu blog, y que volvías con una entrada realmente maravillosa.

Estoy leyendo mucho últimamente. Es algo que me encanta, pero para lo que no siempre tengo el tiempo necesario.

Un beso muy muy fuerte

LU dijo...

Jack, sí que se podría sacar un buen guión de esta historia. De hecho la parte de sus emociones y pensamientos daría mucho juego; además de otros hechos.

Yo intento compaginar literatura y cine, dependiendo del tiempo del que disponga y del cansancio, que sí que me limita y mucho a la hora de leer, no tanto ante una película.

Ahora irán varias entradas sobre cine. Llevo mucho retraso en comentar lo que estoy viendo. El parón por causas técnicas (una avería grave) me ha colapsado, je je

Biquiños

Mónica dijo...

Feliz comienzo de semana. Un abrazo y me apunto a conocer este libro.

LU dijo...

Mónica, a mi no me ha gustado especialmente, pero ya sabes que me encantaría compartir tu opinión.

Biquiños